domingo, 27 de abril de 2014

Participantes

Los participantes que intervienen en el fenómeno del Bullying son: agresor, víctima y espectadores.



El agresor: Su papel se detecta fácilmente ya que es la persona o personas que agreden. Se caracteriza por la impulsividad y la necesidad de dominar a los demás. Los agresores pueden ser hombres y mujeres. En el caso de los agresores varones, éstos comenten más agresiones físicas y violentas (Olwues, 1998; Ortega, 1994), mientras que el caso de las mujeres, estas suelen ser más sutiles y menos evidentes por lo que utilizan más la discriminación, humillación y aislamiento como formas de acoso. Olweus propone dos tipos de agresor: el activo y el social-indirecto (1998). El agresor activo es aquel que establece relaciones directas con su víctima y lo agrede personalmente. Mientras que el agresor social-indirecto es aquel que, por medio de la disuasión, dirige e induce el comportamiento de sus seguidores a actos de violencia y persecución. Adicionalmente a estos tipos, se plantea otro tipo de agresor, denominado agresor pasivo, el cual participa como seguidor o secuaz del agresor sin actuar directamente en la agresión.




La víctima: ésta presenta una fuerza física menor que la del resto del grupo, lo que implica que sean blanco de los agresores. Se pueden distinguir dos clases de víctimas: la activa o provocativa, es decir aquella que presenta rasgos ansiosos y reacciones agresivas de modo que el agresor se “justifica” para llevar a cabo sus agresiones; y la pasiva, que se caracteriza por ser insegura y sobrellevar en silencio los maltratos del agresor (Cabezas y Monge, 2007, pág. 137).


Los espectadores: éstos no participan directamente en la agresión, sin embargo se “divierten” ante las situaciones que viven sus compañeros, si bien no los agreden directamente, tampoco los defienden ni delatan a los agresores por el temor de convertirse en las nuevas víctimas (Ibídem). Los espectadores son los participantes que presenta mayor complicación, por darse en ellos un hecho de complicidad, lo cual les puede generar sentimientos de tristeza, miedo y enojo.

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