El estudio de las prácticas violentas entre iguales inicia en Noruega en el año de 1973 con los trabajos de Olweus con la consecuente implementación de una campaña de reflexión y prevención de estos hechos. A la par, en Suecia se llevaron a cabo investigaciones nacionales sobre el consumo de sustancias y situaciones de agresión entre estudiantes de enseñanza media. Por su parte, en Estados Unidos, desde la década de los setentas, se avanza en investigaciones sobre conductas agresivas (Muñoz y Rosales, 2010).
El acoso escolar es un
fenómeno social, que de acuerdo con Cabezas y Monge (2007), desde los años
setenta se ha venido estudiando, sin embargo, es a finales de los ochenta y
principios de los noventa cuando su estudio comenzó atraer la atención.
En palabras de Delars (1994,
citado en el manual “Escuelas Aprendiendo a convivir, editado por el Gobierno
del Distrito Federal”), la escuela no debe ser únicamente un espacio en el que
se adquieran conocimientos, sino también un lugar donde se adquiera una
formación integral mediante la cual se fomenten habilidades y valores para el
completo derecho del desarrollo de la personalidad humana y el sentido de su
dignidad; un espacio en que se promueva la completa convivencia pacífica entre
todos los miembros de la comunidad; enfocado hacia el desarrollo de niños y
jóvenes.
Por otra parte, siguiendo a
Delars, éste señala que el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia o UNICEF
establece que la educación a lo largo de la vida se centra en cuatro pilares
básicos:
a)
Aprender a
conocer.
b)
Aprender a hacer
c)
Aprender a
convivir
d)
Aprender a ser
Con lo anterior se fomenta
la paz, armonía, buena convivencia escolar y promoción de los derechos de niños
y jóvenes de nuestro país.
Se señala también, que la
escuela no es la única a la que le compete la educación, ya que también los
otros contextos bajo los cuales se desarrollan los individuos juegan un papel
importante en el desarrollo de habilidades y valores que se ven reflejados posteriormente
en la sociedad (Delars, 1994, citado en el manual “Escuelas Aprendiendo a
convivir, editado por el Gobierno del Distrito Federal”).
El Bullying o acoso es el término que se utiliza para designar al
comportamiento de los que maltratan sistemáticamente a otros seres humanos,
mediante abuso de fuerza, de autoridad o de superioridad social e intelectual.
El término inglés deriva de bully que
significa “abusón” o “matón”. Como tal, el Bullying
no es fenómeno que aplique solamente a un extracto de la población, los niños,
ni se restringe a un contexto específico, la escuela. El término se aplica en
todos aquellos casos en los que se maltrata a otros, niños o adultos incluyendo
al propio cónyuge o pareja.
Con la finalidad de acotar
la investigación, se partirá de una definición operativa del Bullying restringida a niños o
adolescentes en el ámbito escolar. Siguiendo a Olweus (1993, citado en Cabezas
y Monge, 2007, pág. 136), el Bullying se
define como “una situación de acoso e intimidación, donde un alumno es agredido
o se convierte en víctima cuando se encuentra expuesto, de forma repetida
durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o varios
de ellos”.
Independientemente de las
formas de agresión que se utilicen, las principales características que, de
acuerdo con Olweus, definen al Bullying
son tres: intencionalidad, persistencia en el tiempo y abuso de poder. Desde esta
perspectiva, el Bullying refleja
conductas de intimidación, dominación y maltrato entre escolares las cuales se
llevan a cabo de forma constante y repetitiva a lo largo de un tiempo
determinado, pudiendo durar semanas, meses o incluso años. Esta conducta tiene
la particularidad de presentarse la mayoría de las veces en la ausencia de
adultos y su principal intención es humillar y someter a una persona
considerada más débil e indefensa (víctima), por parte de aquel que es más
dominante, agresivo e incluso violento a quien se le llama bully, es decir valentón, agresor, acosador o abusador. Como la
intensión principal es humillar, el acoso escolar es una actividad consciente,
deliberada y hostil.
De acuerdo con Voors (2005),
los criterios necesarios para hablar de Bullying
son:
- Se trata de un comportamiento agresivo.
- El agresor tiene la clara intención de agredir a quien ha elegido como víctima. El Bullying no es resultado de la casualidad ni tampoco es accidental. El Bullying es resultado de una acción intencional.
- La víctima siempre recibe daño emocional, que además puede manifestarse de manera física.
- El Bullying es el resultado de una serie de agresiones que persisten durante varios días, semanas o meses. Por ello debe distinguirse el Bullying de cualquier otro tipo de agresiones asiladas.
- El abuso de poder de un individuo sobre otro es un aspecto inherente al acoso y maltrato. El agresor actúa contra su víctima porque sabe que está a su merced ya sea porque es físicamente más débil, o porque es el blanco de las burlas del grupo, porque es inseguro, etcétera.
- El agresor actúa violentamente contra su víctima sin que exista una provocación por parte de ésta.
- El acoso y las agresiones pueden ser ejercidos por uno o varios agresores.
- Como se trata de una agresión abusiva y planeada ex profeso, a la víctima le resulta prácticamente imposible defenderse por sí misma pues no sólo no hay igualdad de fuerzas entre agresor y víctima, sino que además la víctima vive más temor a medida que las agresiones aumentan.
- La diferencia entre edades no debe ser mayor a 3 años: si es así se estará ante una situación de abuso, pero no de Bullying.
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